lunes, 8 de octubre de 2012

FILOSOFÍA II - La Atenas de Platón.

La comprensión completa de la figura de Platón pasa por entender las circunstancias que rodearon su pensamiento. Para ello tenemos que hacer una rápida descripción de su ciudad entre el siglo V y IV a.C. Esto no es poca cosa, ya que se trata de un intervalo de tiempo que definirá el panorama de las poleis griegas de forma definitiva y, si lo analizamos desde una perspectiva más amplia, también, sin ninguna duda, el propio panorama del pensamiento occidental moderno.
El siglo V a.C. es conocido como "el siglo de Pericles", una definición acertada en la medida en que entendamos que la figura de Pericles destaca, como es lógico, sólo a mediados de la centuria, siendo muy notable, eso sí, su trascendencia posterior, pues fue él el gran impulsor de un sistema de gobierno que a principios de siglo se había visto amenazada por el incomensurable poder del no tan lejano imperio persa. Los cuarenta primeros años del siglo significan el despegue de una ciudad que empezó siendo una polis modesta en la península del Ática pero que acabó siendo la gran protagonista del mayor acontecimiento militar de la época en el Mediterráneo oriental: las Guerras Médicas.

Algunos atenienses devotos quisieron ver tras las grandes victorias de Maratón primero y de Salamina después la mano protectora de su diosa patrona. Por supuesto, la ciudad había sufrido enormemente, pero tras la definitiva expulsión de los persas, la gestión económica del tesoro de Delos resultante de la alianza entre Atenas y otras poleis marítimas acabó siendo decisiva para el renacimiento de la ciudad, y detrás de esta gestión se encontraba Pericles. Con él comenzó embellecimiento artístico de una ciudad que entendió enseguida la búsqueda de la perfección formal a muchos niveles.
Atenas pecó de soberbia durante este renacer. La fortuna estaba de su parte (los montes de los alrededores se revelaron como incansables fuentes de recursos; el Laurión de plata y el Pentélico de mármol) y pasaron a ejercer un papel de presión sobre las poleis menores que formaban parte de su liga.
Éstas, agotadas, buscaron ayuda en la otra ciudad que había sido protagonista en el enfrentamiento con los persas: Esparta. Tradicionalmente encerrada en sus territorio, preocupada por mantener la pureza de su organización social, decidió abrir su radio de influencia y atendió la llamada de algunas poleis desesperadas por la actuación ateniense. El conflicto estaba servido, pues la tensión existente entre la sobria y austera Esparta y la brillante y resplandeciente Atenas radicaba en el enorme contraste de sus modos de vida. El propio Pericles se encargó de acentuar las diferencias en todos sus discursos y, sobre todo, a través de un programa de embellecimiento artístico. Esparta, por su parte, veía en estas artes liberales, una forma de perversión y distracción para los individuos, que deben orientar toda su dedicación hacia el bien común.
No entraremos en detalle sobre el conflicto, pues las Guerras del Peloponeso llevaron a ambas ciudades a protagonizar numerosos episodios de pequeñas y grandes batallas a lo largo de toda el mundo griego, incluyendo las colonias del sur de Italia y las de Asia Menor. Baste decir que son muchos los testimonios escritos que ensalzan la libertad reinante en Atenas durante estos años, poniendo especial interés en destacar la importancia de que el pueblo sea el dueño de su destino, con la clara intención de intensificar la visión de una Esparta represora y cruel con sus propios ciudadanos.
La democracia, sin embargo, no estaba exenta de enemigos dentro de la propia ciudad. De hecho, la derrota definitiva de Atenas en el 404 fue la excusa perfecta que encontraron algunos nobles para lanzar un ataque contra el sistema que tanta gloria había dado en años anteriores. Desde el 411 a.C. la oligarquía intentaba devolver el poder a los nobles, tal y como había sido en siglos anteriores, convencida de que era una tradición inevitable, convencida de que el destino de los nobles es dirigir la polis como el timonel lo hace en un barco (famosa en este sentido es la poesía de Alceo de Mitilene -630 a. C. - 580 a. C.-).
Pero estos nobles infravaloraron la fuerza de los demócratas, que devolvieron el poder del pueblo, desconfiando de todos aquellos que podrían haber tenido relación con alguno de los oligarcas. Entre ellos se encontraba Sócrates, cuyas continuas críticas al relativismo imperante de la época (resultado inequívoco del orgullo democrático) se tornaron insoportables en una época en la que los atenienses no tenían el cuerpo para más disgustos, acuciados por los tiempos de austeridad y susceptibilidad propios de una dura posguerra. Para colmo había sido el maestro del traidor Alcibíades y de Critias, el más fiero de los oligarcas.
Sócrates, tras su muerte, fue ensalzado por sus discípulos, quienes habían visto en él a un verdadero iluminado. Además, alguno de ellos también estaba bajo el punto de mira, por ejemplo, el oligarca Jenofonte y un tal Aristocles, apodado Platón, un joven aristócrata primo de Critias.
El conflicto entre los sofistas y Sócrates iba más allá que el simple debate de ideas filósóficas; suponía un trascendental debate sobre los valores que debían imperar en la Atenas de principios del IV a.C. Cuarenta años antes Perícles, a través de su amigo Fidias, había querido representar los valores de la perfección en la belleza estética, pero ahora se buscaba la perfección de las almas, y según el alumno más aventajado de Sócrates, esa perfección no pasaba ni por la democracia ni por las artes, sino por la razón y el conocimiento de las esencias del cosmos, los ingredientes universales que conforman el mundo y que sólo son comprensibles a través de la reflexión filosófica, de la negación del mundo temporal y la asunción de una realidad trascendental más allá de aquél.


Dicen que esos hombres han hecho grande la ciudad, pero no se dan cuenta de que por culpa de éstos está hinchada y corrompida. Pues sin atender a la moderación y a la justicia, la han llenado de puertos, arsenales, murallas, tributos y otras bagatelas semejantes.
PLATÓN, Gorgias, 519a

  • CRONOLOGÍA:
 507
 Clístenes inicia las reformas democratizadoras en Atenas.
 495
 La amenaza persa se cierne sobre Grecia. Empiezan las guerra médicas.
 490
 Al mando de Milciades los griegos vencen en las llanuras de Maratón.
Más tarde vencerán en el mar en la batalla de Salamida al mando de Temístocles.
 479
 Victoria final de los griegos en Platea liderados por el espartano Pausanias. Se manifiestan dos potencias: Atenas y Esparta.
 462
 Continúan los cambios democráticos en Atenas de la mano de Efialtes.
Es asesinado al año siguiente.
 461
 Pericles continua las reformas de Efialtes. Los 30 años siguientes son la época de esplendor de Atenas.. Se promoverá económicamente la participación de los ciudadanos en política.
 440
 El Partenón está terminado.
 431-404
 Guerras del Peloponeso
 429
 Muere Pericles
 427
Platón nace en Atenas en el seno de una familia aristocrática ligada a la corriente antidemocrática. La necesidad de financiar la política de continuas guerras de Pericles había conducido a un aumento considerable de la presión fiscal sobre los ricos que acabaron radicalizándose en su oposión a la democracia. En este ambiente creció Platón.
 407
 Conoce a Sócrates. El joven Platón veneraba a su maestro.
 404-403
 Tras la derrota de Atenas en el Peloponeso Esparta impone en Atenas el gobierno de los 30º tiranos. Solo dura un año pero es muy sangrienta. Platón es requerido por sus tíos Critias y Carmides, pero prefirió esperar y pronto quedó decepcionado por el rencor y la codicia.
 399
 La ἐκκλεσία (asamblea) condena a muerte a Sócrates. Platón tiene 28 años. Estaba asqueado de la tiranía y ve ahora como la democracia condena a su maestro. Abandona Atenas y viaja a Megara hospedándose en casa de Euclides( también discipulo de Sócrates).
 399-389
 Durante estos años se dedicará a escribir una serie de pequeñas obras en recuerdo de su maestro. También realiza uan serie de viajes, entre ellos uno a Egipto. Poco a poco se va dando cuenta de las limitaciones de la filosofía de Sócrates y comienza a buscar algo nuevo, sólido y seguro. Lo encuentra en la filosofía pitagórica.
 387
 Primer viaje a Italia. Platón tiene ahora 40 años. Contacta con la comuna pitagórica de Tarento y traba amistad con su lider Arquitas.
De allí pasa a Sicilia en concreto a la ciudad de Siracusa. En estos viajes queda escandalizado de la dolce vita a que se entregan las gentes acomodadas de aquellas regiones. En Siracusa conoce a Dión el gran amor de su vida. Dión tiene 20 años.
A partir de ahora Platón da forma a su propio sistema. Platón pone ya en boca de Sócrates sus nuevas preocupaciones geométricas y sus nuevas convicciones pitagóricas sobre el alma.
Ese mismo año y a su vuelta de Italia funda la Academia. Tenía un competidor: la escuela de Isócrates fundada unos años antes.
 387-367
 Entre sus 40 y 60 años, Platón dirige la Academia y la convierte en el primer centro científico del mundo.
 367
 Segundo viaje a Siracuesa. Dioniso I muere y es sucedido por Dioniso II. Dión lo convence para que invite a Platón a ir a la corte. Tres meses después de la llegada de Platón, Dión fue acusado de tración y Platón fue hecho prisionero por dos años.
Durante estos dos años le asaltan las dudas sobre el núcleo principal de su filosofía: la teoría de las formas. Durante los cinco años siguientes se dedicará a escribir. Está decepcionado y duda claramente de su identificación entre el político y el filósofo..Platón considera necesario deslindar los conceptos de sofista, político y filósofo. Su intención es dedicar un diálogo a cada uno, pero solo escribirá los dos primeros.
 361
 Tercer viaje a Siracusa. Fue un completo desastre. Platón ya con 66 años enfrascado en la revisón de su sistema y completamente escéptico respecto al resultado de su misión acepta la nueva invitación de Dioniso II. Pero Dioniso confisca los bienes a Dión y encarcela a Platón. Solo la intervención de Arquitas de Tarento logra que Dioniso admita la salida de Platón.
Dión logrará asaltar Siracusa con un ejército de mercenarios pero Platón no quiso saber nada de aquello.
Los últimos 13 años de su vida los pasó en la Academia pensando y escribiendo.
 347
 Muere a los 80 años de edad. Acaba de escribir las Leyes

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aprendi mucho