Cada emplazamiento arqueológico presenta sus peculiaridades: organización de la visita, infraestructuras, densidad de visitantes, conexiones de transporte... Aunque el valor de una visita a Pompeya y Herculano es indiscutible, también es cierto que ofrecen algún que otro problema en algunos de estos aspectos (creo que los que hayan estado allí en pleno verano sabrán de lo que estoy hablando). Pero debo decir que la visita también a Ostia Antica es más que aprovechable: se puede visitar con toda tranquilidad, el billete de metro de Roma es válido para llegar hasta allí, las estructuras permiten una visita tranquila y relajada y, como aderezo, el museo de las excavaciones ofrece pocas pero muy interesantes piezas.
Dejo aquí algunas imágenes de elementos que me han resultado especialmente llamativos: un thermopolium, materiales constructivos, un mosaico muy revelador, un mitreo y lo más espectacular del recinto: los restos de insulae (con el capitolium de fondo).
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