Parga está rodeado por las montañas cubiertas con los olivares. Esta área es montañosa y escasamente poblada. El pueblo resulta ser una agradable sorpresa. Conserva la aureola genuina de una ciudad griega pequeña. En los restaurantes se consigue el alimento griego genuino, no la versión turística, y los locales son muy agradables y amistosos. Hay tantos turistas griegos como gente de otra parte del mundo.
Con la ciudad agradable, el puerto y sus restaurantes, las playas próximas y el gran alimento, Parga bien vale una visita. Es una tranquilidad y un lugar que relaja. Desde aquí se puden hacer viajes cortos de un día a algunas de las islas próximas como Paxos y Antipaxos y también las ciudades cercanas como Preveza, Ioannina, Lefkada, el etc. La isla grande de Corfu no está lejos.

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